Me ha dado por pensar que soy común, no resalto de resto, me aliene y soy alguien a quien desconozco que no sabe ocupar su cerebro para pensar, ni sus habilidades para deleitar.
Me llamo Camila Azócar Quinteros, nací en la cuna de una familia fuera de lo común y a su vez común Con un padre tímido y fuera de época , una madre de carácter maternal, decidido y audaz, una hermana que creía en cuentos de hadas e historias de amor a la que todos juzgaron de puta sin conocerla, un hermano aislado del mundo, que vive pensando en otros mundos e historias. Y por supuesto mi Tío; un pintor, escritor a quien siempre he admirado.
He pensado mucho en mi muerte, y antes de ella quisiera que el mundo conociera mi historia, la historia de una niña que compartía todo con el mundo y que de repente algo se quebró dentro de si dándose cuenta de toda la corrupción, y que incluso se corrompió a ella misma. Puede que el mundo piense que solo soy una resentida del sistema. y si, odio este sistema que beneficia a quienes ya lo tienen todo y hace oídos sordos a quienes piden realmente ayuda.
Este mes he pensado bastante en el suicidio debo admitirlo. Me conozco y me encuentro incapaz de hacerlo por varios motivos que van contra mis principios y claro ademas soy muy cobarde para hacerlo, sin embargo, no se si quiero vivir en un mundo así, no se que cosas valen la pena, He imaginado que tomo pastillas, que me tiro contra el tren subterráneo y otras cosas y aun así en mi mente no muero. prefiero quedar en coma un par de meses, o quedar hospitalizada por un tiempo o simplemente he intentado enfermarme a propósito para quedarme en casa sola, pero se que si dejara mi vida de lado unos momentos retomarla seria demasiado difícil entre tantas responsabilidades.
Por el momento no puedo seguir escribiendo, tal ves escriba mañana.